Una tarde muy lluviosa se hallaba una niña muy pequeña, se
llamaba Teresa; tenía siete años de
edad, era de contextura delgada y también muy alegre, ella no tenía donde refugiarse de la lluvia, sus padres la
abandonaron a su suerte.
De repente vio a lo lejos un viejito, éste la llamó y le dijo:
-Pequeña, ¿Qué haces
por aquí sola? ¿Tienes
dónde pasar la noche?
A lo
cual Teresa respondió:
-Mis padres me abandonaron y no tengo donde refugiarme.
El viejito se sintió muy apenado al verla con los ojos llorosos,
y muy asustada. Así que el viejito decidió llevarla a su casa.
Horas después, en la
casa del anciano… Teresa muy alegre pregunta:
-¿Me puedo quedar
algún por algún tiempo?
El viejito respondió:
-Me recuerdas a mi
pequeña hija que falleció, por esa razón te diré que sí.
Pasaron los años y Teresa consiguió un buen trabajo, y siempre
agradecía a aquel viejito diciéndole…
¡Papá!
Rosario del Pilar Mamani Sullo
Villa Cerrillos, Cerro Colorado, Arequipa
2012
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