Carmen, Luz Marina y yo estábamos jugando, cuando de pronto
sentimos un ruido muy fuerte como si alguien hubiese disparado, al salir del
dormitorio a ver qué pasaba, nos dimos con la sorpresa de una pistola tirada en
el piso.
Nos asustamos mucho, por tanto decidimos llamar a la policía.
Pero al instante oímos que las puertas y ventanas se cerraron, las luces se
apagaron y no había señal en los celulares. Quedamos totalmente desconectadas
del mundo.
Cuando intentamos abrir las puertas, vi una sombra que
corrió por el pasillo. Muy asustada corrí detrás de ella para alcanzarla y me
di cuenta que Carmen estaba tirada en el piso, muerta, llena de sangre, con la
mano torcida y con una herida de bala que le perforaba el corazón.
Seguí corriendo, para alcanzar a la sombra, pero observé que
se iba desvaneciendo lentamente hasta que yo me desmayé. Al despertar estaba
amarrada a una cama, en una habitación que nunca había visto, quería gritar
pero tenía en la boca un trapo húmedo, lo escupí y al mirar a mi alrededor
encontré un celular que para mi buena suerte tenía señal. Así que pude llamar a
la policía, minutos después llegó la policía, los bomberos y mi madre.
Cuando empezaron a buscar al asesino, no lo hallaron pero lo
único que pudieron encontrar fue el cadáver de mi amiga Carmen, y el arma.
QUISPE OCHOA, Yanina
Villa Cerrillos, Cerro Colorado, Arequipa
2012
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