Cuando tenía entre 5 y 6 años mis padres trabajaban mucho y
me quedaba sola en casa mirando televisión. Mientras estaba sola, leía una
historieta en la que aparecía un monstruo espantoso, me asustaba mucho y empecé
a llorar. En ese momento mi madre llegó a casa pues ya había regresado de
trabajar; mi papá al poco rato también llegó de trabajar y ambos se asustaron al
verme llorando, me preguntaban ¿qué había pasado? … no dije nada a mis padres.
Al día siguiente otra vez mis padres se fueron a trabajar y
otra vez me quedé sola y miré la historieta de nuevo pero era cómo si me atrajera
la bestia que estaba dentro de la
historieta. Me puse a leer todo sin saber que la bestia se hizo realidad y
encima de mi ropero se había materializado, me miraba; yo no sabía pero al
instante me di vuelta y la bestia se vino contra mí, no logró devorarme, supongo
que él quería eso.
Mis padres llegaron justo en el momento de la pelea y asustados
echaron vinagre y bicarbonato entre otras cosas más. Me asusté y empecé a llorar. Mis padres me contaron que la bestia ya se había marchado.
Eso no ocurrió, ese monstruo quería mi amistad, y yo no me di cuenta. Y es así
que la bestia hasta el día de hoy, es amable y
buena, se queda conmigo, jugamos como buenos amigos mientras mis padres
se van a trabajar.
Flor de María, Quispe Huaraca
Villa Cerrillos, Cerro Colorado, Arequipa
2012
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