Hace muchos años, mientras una chica caminaba sola en la
noche, por las calles del distrito de Cayma (Arequipa), vio a un chico que
caminaba rumbo a ella. Mary, la chica, pensó que éste le podía hacer daño, así
que alzó una piedra que había por allí para protegerse, mientras que el chico
se acercaba más y más a ella, Mary temblaba de miedo y de nervios.
De repente, la chica no pudo resistir, cerró los ojos por
dos segundos y cuando los abrió... no había nada; ella pensó que todo había
sido sólo una visión; pero, por dentro, sentía miedo.
Mary, no se quiso quedar con la duda de que si lo que vio, era
una visión nada más, pues era raro que un joven que estuviera parado al frente
de ella desapareciera en dos segundos, si la calle no tenía salidas a los lados,
ni pasajes; posiblemente era una visión.
Al día siguiente tenía que ir nuevamente por el mismo lugar,
a altas horas de la noche; empezó a caminar despacio al llegar a esa calle tan
larga, y otra vez vio al joven, por lo que pudo divisar ella, ese joven debía
tener más o menos diecisiete años, según lo que vio por su aspecto físico;
aunque, no pudo ver bien su rostro.
Ella se acercó lentamente a ese supuesto chico de diecisiete
años de edad, él estaba con la cabeza agachada, con casaca y pantalón negros,
lo único que Mary pudo ver bien del joven fue que tenía las uñas largas
(aproximadamente unos dos centímetros de largo).
Se pasaron casi toda la noche conversando, sentados en la
vereda de una casa, al pie de un árbol, pero el chico no dejó ver su rostro en
todo ese tiempo.
Al día siguiente por la mañana, Mary quiso ir a visitar al
chico. Cuando toco la puerta de la casa, en la que el chico se apareció al
frente de ella en dos ocasiones; Mary preguntó, a la señora que abrió la puerta,
si por allí vivía un joven de más o menos diecisiete años de edad, que tenía
las uñas largas. La señora se asombró y le respondió que por toda esa calle
solo vivían personas adultas y niños menores de diez años; aunque… recordó lo
que pasó hace tiempo.
Le informo a la chica que hace cuatro años, un jovencito, que
vivía en la casa de al frente, tuvo problemas con sus padres, no pudo afrontar
los conflictos que tenía y se suicidó.
La chica entró en pánico, luego se calmó y entendió porqué
el chico desapareció la primera vez que lo vio, y porqué nunca dejó que ella le
viera el rostro; pues el chico era un condenado, que penaba por el lugar donde
vivía, porque se había suicidado; esa era la respuesta a todas sus preguntas,
el chico nunca fue real.
Jenifer Nicole Andía Ccacya
Villa Cerrillos, Cerro Colorado, Arequipa
2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario