Un día mis amigas
Maribel y Estrella, caminaban por el pueblo, esa tarde se habían quedado
para recoger muestras de tierra para un trabajo de la clase de CTA (ciencia,
tecnología y ambiente). Se entretuvieron mucho hablando y jugando sin darse
cuenta de que empezaba a caer la noche sobre los solitarios campos de maíz.
Se dieron prisa escavando por diferentes lugares para recoger
tierra. En un inesperado instante Maribel gritó diciendo: “¡Mira la que hay aquí!”
efectivamente, había algo. Era una muñeca aterradora, con el pelo rojo, ojos
desgarrados, vestido ensangrentado, y lo más chocante era su profunda seriedad.
Algo extraño en muñecas para niñas. Pero en fin, la muñeca terminó hecha pedazos
por Estrella.
Emprendieron de nuevo el camino a sus casas. Esa misma
noche, una hora después, su madre llamo muy tarde a casa de Maribel, la madre
de Estrella lloraba y le dijo que su amiga estaba muriendo en un hospital.
Maribel corrió hacia el hospital, cuando llegó Estrella ya había
muerto, después de unos meses murió una niña de nueve años en el campo de maíz,
donde estaba la muñeca, nunca llegaron a
saber de qué murió.
La prensa decía que
un día después del suceso, el pueblo quería investigar por qué cada vez morían
niñas, llegaron los pobladores al monte, a lo lejos hallaron la muñeca y una
frase que decía que si la sacaban de la tierra y la destrozaban se iban a retorcer
de dolor. Pero si al sacarla la volvían a enterrar, quedarían sanas. Desde entonces
cada vez que una persona estaba mal de salud acudía a desenterrar y enterrar la
muñeca.
JARA PACHECO, Jhon
Villa Cerrillos, Cerro Colorado, Arequipa
2012
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