Un día miércoles, David y yo nos fuimos a una fiesta bebimos
pisco y estábamos mareados, no podíamos manejar, pero el terco de David así
ebrio condujo con velocidad, de pronto impactamos contra un árbol, pero felizmente
nadie estaba herido. Solamente yo un poco agitado, cerca se encontraba una
cabaña. Estaba gravemente enfermo de asma, mi amigo David rápidamente me ayudo
a entrar a la cabaña sin importar en qué estado se encontraba.
Al entrar sentí un gran temor, vi que las paredes estaban
llenas de telarañas, las puertas rotas, las ventanas todas manchadas de sangre,
en la esquina se encontraba una cama me
recostó y descanse por un buen rato. Cuando desperté, David ya no se encontraba
a mi lado; me levanté rápidamente, caminé hacia
la puerta pero ya era de noche y el cielo estaba muy oscuro; empecé a
llamar a David, pero escuche una voz que me decía que cierre la puerta, sentí escalofríos y me desmayé.
Al reaccionar, vi a David que se encontraba en un rincón
cubierto de sangre corrí a verlo, no sabía qué hacer, traté de llevarlo a la
cama porque estaba demasiado herido, aún estaba con vida. Yo me preguntaba… ¿Por
qué motivo estaba así? ¿Qué fue lo que ocurrió? ¿Qué lo habría lastimado hasta dejarlo casi muerto?, traté
de curarle sus heridas pero el aún no despertaba.
En la mañana por fin… despertó David, lo primero que hice
fue preguntarle ¿qué había sucedido? pero él no podía hablar, así que lo dejé
solo. Salí de la cabaña y el lugar ya no estaba como el día anterior, las
plantas estaban dañadas, sin dudar, empecé a investigar por los alrededores. Vi
detrás mío una sombra, sus aparentes ojos eran rojizos y vino hacia a mí con
velocidad, me asusté; de repente apareció David con un libro. El fantasma desapareció,
David me dijo que ese libro estaba lleno de secretos y rápidamente lo leímos.
Al terminar de leer el pequeño libro,
descubrimos un gran secreto, el motivo por el cual el fantasma se
llevaba a los humanos. Nos enteramos que
los sacrificaba para convertirse en un humano para dominar el mundo, la
única manera de detenerlo y desaparecerlo era quemando aquella la cabaña y
destruyendo el libro en el cual se encontraban poderes mágicos.
De inmediato quemamos libro y cabaña. Al terminar nos sentamos
y al miramos sabíamos que todo había sido real.
PUMA HUASCAR, Daniela Alejandra
Villa Cerrillos, Cerro Colorado, Arequipa
2012
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