En un lejano pueblo vivía un anciano que tenía 180 años de
edad. El anciano tenía dominio y autoridad sobre los duendes que habitan en el
campo.
Una mañana se produjo un problema, las luces de la casa se habían
apagado y el anciano jefe, fue a mandar
a los duendes para reparar las luces de su casa. Al regresar los seres se
dieron cuenta que eran esclavos y que el anciano no les daba absolutamente
nada. Decidieron primero, matar al jefe, al intentarlo el jefe los hizo ceniza.
Pasó el tiempo y el anciano jefe se había proclamado rey de
todo aquel pueblo, junto al monarca vivía su hija, Lucrecia, tenía casi 29 años
y era tan hermosa como una rosa.
El jefe que ya era proclamado rey, decidió hacer una fiesta
en esa reunión de familia se habían olvidado de todos los duendes. Los duendes resucitados
con el tiempo, entraron al lugar de la fiesta y se hicieron amigos con su
anterior amo; finalmente prometieron tratarse con respeto a su libertad.
Edú Elvis Condori Sulla
Villa Cerrillos, Cerro Colorado, Arequipa
2012
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